domingo, enero 28, 2007

Ya se sabe: soy martiana convencida, aplicada, analítica, enamorada y concienzuda. Me da igual esta "moda" de cargarle el cartelito de anacrónico recuperando viejos textos de otros insignes intelectuales; me da lo mismo que hablen de lo que hablen - los que están en esa orilla donde le llaman Apóstol o en la otra Héroe Nacional (lo aclaro por si acaso y con aire reduccionista: La Habana y Miami) Esta que está aquí es profunda y deliberadamente martiana, a muchísima honra y quiero considerarme, como varios de mis grandes amigos, una más del club de los que se niegan a ver manchas en el sol. José Martí y Pérez nació un 28 de enero de 1853... hoy es su día, happy birthday, feliz cumpleternidad, Pepito, gústele a quien le guste y pésele a quien, eso mismo. Porque hay que dedicar muchas horas/nalga (medida establecida en la Sala Cubana de la Biblioteca Nacional, el Centro de Estudios Martianos, etc, etc) para llegar a comprenderte del todo. Y puede que no se llegue nunca. Pero como el día de mi cumpleaños a quien felicito es a mi mamá; como vivo a escasas ocho cuadras de donde nació la madre que lo parió, Doña Leonor Pérez Cabrera en la calle Puerta Canseco de Santa Cruz de Tenerife, sólo quería brindarle a ella también mi homenaje, porque en muchas cosas, muchísimas, me recuerda a la mía, a la madre de todos. Leonor, la canaria tierna que le pedía por favor unas letras a su hijo en el exilio, que sufrió su separación y su desasosiego diciéndole: "Mucho he llorado estos meses pues creía que algo malo te sucedía" o " !Qué sacrificio inútil, hijo de mi vida el que estás haciendo de tu tranquilidad y de la de todos los que te quieren!". Hay montones de cartas de Leonor que he leído y releído sin parar de llorar. ¿Y sabes lo que pasa? Yo, que ni siquiera soy madre, la entiendo porque...ahí está la mía. Me jode que al final se manipulen y se revuelvan textos de Martí fuera de su contexto, frases hechas y la dichosa Guantanamera que no dejará de sonar por siempre jamás. Y ahora lo digo con soberana tranquilidad: hay que releer a Martí para que los justos tengamos algo más que hacer. Fue un hombre, sí, y eso es lo importante: el más grande poeta, periodista, político o lo que quieran de finales del siglo XIX. Hoy habría cumplido 154 años, pero mira por dónde se me ocurre regalarle esos dos cuerpos amándose amarrados a una estrofa suya. *Martianamente, mi amigo Joel Angelino ha cumplido 34 años y hemos brindado por los dos.

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