miércoles, diciembre 06, 2006

Luis Hernández Bustamante , 45 años, no era Philip Marlowe, pero ahora duerme su "sueño eterno"; no era Sam Spade, pero alguien dejó en un descampado de Madrid una terrible "cosecha roja". Ha sido el primer detective privado asesinado en la historia de esta profesión en España. Apareció el domingo semidesnudo, amordazado con cinta adhesiva, maniatado con un cable eléctrico y signos de haber sido torturado durante casi 24 horas. Lo encontró una mujer cerca de la Estación de Atocha. Cuando el sábado por la mañana no se presentó a trabajar en la Feria de Arte y Antigüedades de Madrid (Feriarte) saltaron las alarmas, porque Luis era serio y cumplidor. Su pista se pierde el viernes cuando se comió un bocadillo de calamares en un bar de la calle Alcalá. Nadie sabe lo que ha pasado, ni siquiera la Policía, que ahora rastrea el disco duro de su ordenador para saber qué andaba escudriñando. Aparte de su trabajo en Ifema, Luis era titular de la firma Alian Detectives, que se ocupaba de la seguridad de diferentes certámenes como Iberjoya o la Pasarela Cibeles, el Salón del Automóvil, Expofranquicia o Fitur. Demasiados frentes abiertos. Eso sin contar que había investigado a diferentes empresarios del negocio Inmobiliario de Marbella, a un ex-juex de la Audiencia Nacional, además de las tópicas infidelidades conyugales, los padres que quieren saber a qué se dedican sus hijos, las bajas laborales fingidas o los falsos testimonios para timar a las empresas aseguradoras. Su sagacidad le llevó a recuperar un valioso lote de cuadros robados por una banda latinoamericana cuando intentaban sacarlos del país. Luis Hernández Bustamante era soltero, pero tenía tenía dos niños de Mali apadrinados por la Fundación Intervida y una adolescente del Perú. Era un buen hombre, porque entre otras cosas, no le cobraba a personas sin recursos. Hay gente en la cárcel por sus investigaciones y tenía que declarar en los juicios a cara descubierta. Por Ley, los detectives privados en España no llevan armas de fuego, pero Luis solicitó hace muy poco una licencia de tiro deportivo y se inscribió en la Federación de Tiro de Guadalajara. Creo que se sentía amenzado. Pobre Luis. Hace un par de meses, en octubre, y tras 25 años de trabajo, la Asociación Profesional de Detectives de España le concedió la medalla a la Constancia en un Congreso celebrado en Las Palmas de Gran Canaria. Dicen que no dejaba de estudiar: cursos de criminología, medicina forense, grafología, derecho... Todavía no se sabe quiénes le torturaron hasta la muerte, pero estoy segura que sus compañeros y la Policía los van a encontrar. Luis Hernández Bustamante tenía la Licencia Nº 325. Hoy hay 2200. Ya verás Luis, ellos los van a encontrar.

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