martes, diciembre 12, 2006
Cuenta Alba que cuando abrió los ojos apenas salir de la anestesia, se miró y vio unas manos preciosas, manos que en unos meses le dejarán acariciar o saludar o simplemente decir adiós. Desde la cama del Hospital La Fe de Valencia dice que ha empezado otra vez a vivir: cuando tenía 17 años, una explosión en un laboratorio de química se las arrancó de cuajo hasta mediados los antebrazos, y ha estado 28 años sin manos. Por primera vez en el mundo se realiza una operación quirúrgica de tal envergadura a partir de la donación de los brazos del cadáver de una mujer, más joven que Alba, pero con su estatura y compatibilidad. El artífice de este "milagro",
Dr. Pedro Cavadas lleva más de 10 años con su Fundación de Cirujía Reconstructiva lo mismo en Kenia que en Uganda, pero el caso de Alba es único. Tendrá que mantenerse con tratamiento médico de por vida como cualquier otro transplantado, pero se calcula que en unos seis meses ya podrá, incluso, tener sensibilidad y recuperar el tacto. Alba ha querido contarlo para que otras personas que están en su situación sepan que hay esperanzas. La verdad es que estas cosas compensan, sobre todo cuando hoy te levantas con la explosión de un coche bomba en Bagdad que ha matado a 60 trabajadores civiles y dejados cientos de heridos. Frente a la brutalidad, que vaya usted a saber a cuántos dejó mutilados, la realización del sueño de Alba: acariciar algún día, saludar o simplemente decir adiós.
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