jueves, diciembre 07, 2006

"Ay!, no hay que llorar, que la vida es un carnaval y es más bello vivir cantando, oh oh oh... Ay! no hay que llorar, que la vida es un carnaval y las penas se van cantando oh oh oh" Pues sí, eso parece. A ver: a Pinocho le da un infarto, se le encharcan los pulmones con 91 años hace menos de 48 horas, y ya el viejo anda danzando por los pasillos desde que le dijeron que estaba en libertad bajo fianza. Es que si esos médicos no tienen el Nobel de 2007, hay que meterlos a la cárcel directamente. La vida es un carnaval pero te conozco mascarita aunque vengas disfrazada: el anciano cerdo moribundo suelta las muletas y el bastón... ¡Muy fuerte! Pero a lo que venía: otra noticia menos agresiva pero muy carnavalesca: con fecha de boda para el 27 de enero, banquete y capilla exquisita junto al Ayuntamiento de Roma, trajes diseñados y todo eso, el señor Javier Rigau, empresario catalán de 45 años anuncia hace unas horas a través de un comunicado de prensa del despacho de su abogado Javier Saavedra... que el bodorrio no se va a celebrar, que se arrepiente debido a la presión mediática y rompe su compromiso definitivamente y de raíz. Su novia, una despampanante Gina Lollobrigida, octogenaria bien operada (79 años para ser exactos) se entera por la prensa mientras estaba haciendo no se sabe qué en los Estados Unidos. Dicen, cuentan, rumorean, radio bemba internacional informa, que el novio -que vive en un geriátrico, al lado de la casa de los Duques de Palma- ha tenido desde siempre una debilidad por ciertas ancianas regalonas... No digo yo si va a vivir en un geriátrico (de lujo, se entiende). Después que pasearon su amor por las bien pagás páginas de las revistas de papel couché, ahora vienen con esto: con que no se casan. Y la Lollobrígida se enfurece desde Estados Unidos y clama al cielo que, por culpa de la prensa española se ha quedado compuesta y sin novio. Pues mira tú, que yo le vi como una plumilla al señor Rigau, ¿qué quieres que te diga? No hay que llorar, que la vida es un carnaval. Y como la diva es mucha Lollo, amenaza con tremendas querellas a los medios de comunicación e incluso pide protección al Parlamento europeo. La notable diferencia de edad y la sorpresa de que el noviazgo se remontara a veinte años atrás, sin que hubiera testigos de primera mano que lo confirmaran, hizo que todos los trapos sucios o limpios del empresario catalán salieran a la luz. Primero fue la demanda que hace años le puso una empleada de hogar tras acusarle de haberle quemado las nalgas con una plancha. Las investigaciones demostraron que la buena señora no estaba en sus cabales y Rigau fue declarado inocente. Después llegaron los rumores sobre su amistad con un cantante que insinuó conocerle muy bien. A eso se añadieron los comentarios sobre una supuesta relación sentimental con una octogenaria a quien compró una impresionante mansión en Playa de Aro, dicen algunos medios que por 18 millones de pesetas. La buena señora murió a los pocos años dejándole como único propietario. Para colmo de sus desgracias aparecieron también las disputas legales que mantiene con los vecinos de esa casa por un asunto de lindes. Aunque la Justicia le lleva dando la razón desde hace diez años, la familia le ha puesto una querella por la que tendrá que ir al juzgado el próximo mes de marzo. Pobre Rigau y pobrecita de su novia. Pero no, no hay que llorar, que la vida es un carnaval y las penas se van cantando oh, oho oh!!! ¡De madre! Las víctimas del tifón de Indonesia bien, gracias.

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