lunes, noviembre 06, 2006

Volaron las perdices… Mi amiga Cecilia me regaló ahora en México el disco de Amaury Pérez que creo que se llama Trovador. Sí, se llama Trovador. Y hay una canción que se merece un beso a mi Amaury y otro a Miriam Ramos. Es que de alguna manera cuentan y cantan lo que yo no sé o no puedo decir. “Ya lo ves”. Puede que no dijera eso en su momento... puede que dijera “te lo dije” o “te lo advertí”. Así son las cosas. Pero resulta que grité ¡Te loo dije, coño; te lo advertí, carajo! Ay, Puchi... que te crees tan plunch (sonar los dedos índice y pulgar) como para resolver las dificultades en un minuto. Muchísimas cosas en esta vida no nos salen bien del todo. O simplemente no nos salen. Sobre todo porque nada en esta vida es plunch : se desmontan cabizbajos los tapices y se escurre el carretel sobre el regazo... Mejor lo que se dijo no se dice. Ya lo ves. Y es verdad que hay gente a la que tienes ganas de preguntarle “¿Me quiere o no me quiere, desdecir...y a mentirse”. Es muy fuertecita la canción Amaury mío. Más bien es heavy. Porque si te cuento... hay gente que te quiere y que te va a querer siempre (hablo de mí) porque no le has hecho daño, ni ná... pero que no están para pasar contigo lo que te queda de vida. Y encima, piden disculpas. Yo tuve un ¿amante? que me dice una y otra vez que no y que no y me cuenta que ahora mismo no es feliz; tuve otro que está lejanísimo (en Nepal, para ser geográficamente correctos y está casado); otro que se casa el día 17 porque obviamente nunca se casó conmigo; otro que amé como a nadie y es mi Pepe y con ese sí me casé y otro en Paris, y otro en New York. Y Augusto en Brasil. Marilyn Bobes me regaló esta historia y yo la quiero hacer realidad, porque como mis perdices se fueron volando.... Pues eso.

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