La Ola. Es impresionante cuántas cosas pasan en el mar, con el mar, desde el mar. Hoy me encantaría hablar de "La Ola", esa película alucinante que hizo Enrique Alvarez, una de las personas que más quiero. Que conste, que ha sido la entrada a una sala de cine más cara de mi vida: 48 mil de las antiguas pesetas (unos 288 € de los de hoy, Dios mío!). Viajé desde Tenerife a la Casa de América en Madrid, encima llegué tarde y encima todo el mundo se dio cuenta que era yo, con mi maleta, quien entraba cegata a media película. Pero Kiki, ésta te la debo. No voy a hablar de la película. Hoy he visto dos noticias alucinantes: por un lado otro puñetero tsunami en la isla de Java. Turistas que se desestresan, familias que viven de pescar, camareros que sirven en terracitas y de repente... todo se va a la mierda: hoteles, bares, casas...todo. Y el sufrimiento de toda esa gente que se queda sin nada en un santiamén y se le ahogan los hijos, o los nietos o los hermanos. Un horror. Fue una ola gigantesca que se lo llevó todo por delante. Desde el tsunami anterior nunca había oído esa palabra. Y me gusta. He hablado de mis tsunamis personales en alguna otra parte, pero habría que estar en los de verdad, cuando te traga una ola, no sólo a tí, sino a toda tu vida, a toda tu gente, a lo poquito que tienes. Pero hoy, en España, se "recuperó" la Ola con mayúsculas: la ola de máxima calidad, una "ola de izquierda", con un tubo perfecto que hizo las delicias de todos los surfistas del mundo mundial: la de la playa de Mundaka. De surf... a mí que me registren: no soporto ni la más mínima ventolera en estas playas canarias, pero me resulta curioso cómo el ser humano puede someterse al mismo accidente con diferentes consecuencias. La recuperación de la Ola de Mundaka volverá a traer prosperidad a una playa donde desde hace tres años no se podía celebrar el campeonato del mundo de Surf por culpa de los vertidos asquerosos de no sé qué empresas constructoras. La de Java, puede que sea "de derechas" pero hay luto por allí. Es increíble, pero así son las olas. Tal vez como nosotros. |