Hay días en que los muertos queridos se te aparecen más. Hoy ha sido uno de esos en que Pepe no me ha dejado ni a sol ni a sombra. Un día así como este de cualquier año antes del 2002, mi casa hubiera sido una fiesta desde el mediodía:entra y sale de gente, sube y baja de más, corta chorizos, chistorra, quesos de todos tipos, prepara un arroz con algo, descorcha vinos y aguanta las apuestas y discusiones de los amigos, porque es que cuando juegan Real Madrid y Barcelona, el día es sagrado. E inútil para todo lo demás. La "devoción" de mi Pepe por el Barça era tan grande, que su hermana y yo quisimos esparcir sus cenizas en el Camp Nou, pero no pudo ser. Es en serio. Pero cuando había un derby como el de esta noche, la fiesta estaba garantizada: Santos, su gran amigo y madridista empedernido le daba caña mientras el otro gritaba...¡si, mucho hablar, mucho hablar! Se hacían apuestas y yo, que ni me entero, me divertía como una mona. Pues ahora bajo con mis amigos al bar de enfrente a ver el segundo tiempo, que por demás, ya lo dije, ni sé ni me interesa. Pero tengo ese cachito de nostalgia pura y dura. Gritaré ¡Visca el Barça! y recordaré, que a estas alturas no hace demasiado daño.
*Partido histórico: empataron Barça y Real Madid a tres goles.
sábado, marzo 10, 2007
Hay días en que los muertos queridos se te aparecen más. Hoy ha sido uno de esos en que Pepe no me ha dejado ni a sol ni a sombra. Un día así como este de cualquier año antes del 2002, mi casa hubiera sido una fiesta desde el mediodía:entra y sale de gente, sube y baja de más, corta chorizos, chistorra, quesos de todos tipos, prepara un arroz con algo, descorcha vinos y aguanta las apuestas y discusiones de los amigos, porque es que cuando juegan Real Madrid y Barcelona, el día es sagrado. E inútil para todo lo demás. La "devoción" de mi Pepe por el Barça era tan grande, que su hermana y yo quisimos esparcir sus cenizas en el Camp Nou, pero no pudo ser. Es en serio. Pero cuando había un derby como el de esta noche, la fiesta estaba garantizada: Santos, su gran amigo y madridista empedernido le daba caña mientras el otro gritaba...¡si, mucho hablar, mucho hablar! Se hacían apuestas y yo, que ni me entero, me divertía como una mona. Pues ahora bajo con mis amigos al bar de enfrente a ver el segundo tiempo, que por demás, ya lo dije, ni sé ni me interesa. Pero tengo ese cachito de nostalgia pura y dura. Gritaré ¡Visca el Barça! y recordaré, que a estas alturas no hace demasiado daño.
*Partido histórico: empataron Barça y Real Madid a tres goles.
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