domingo, marzo 04, 2007

Fíjate, esta es la radiografía de una rosa. Al final somos un envoltorio- mejor o peor- pero hasta las rosas tienen sus intríngulis, sus entresijos y sus meollos. Para qué hablar de nosotros, humanos poquita cosa en este mundo cruel. Y si las flores son así, ya me dirán. ¿Sorprende? Pues sí: no es que una rosa tenga un radio y un cúbito, pero probablemente tenga su corazoncito. Hace unas 24 horas llevo recibiendo tanto cariño que estoy medio encuera, como esa rosa en rayos X: blandita, llorona, emocionada, feliz. Hoy tengo que hacer un post (esta cosa se llama post) sólo para agradecer a la gente: primero, la llamada de mi hermana, claro. Y a mi Li. Lo extraño es que agradeceré a personas que están también muy lejos, porque los que tengo aquí (Mane, Aytana) ya nos arreglamos. Quiero, antes que nada, decir que pensé que tuve un amigo. Se llama Carlos Varela. Pero no es verdad: lo tengo. Nunca lo perdí; la distancia, el trabajo, los éxitos no dan demasiado tiempo para mimar a la hermana Mashenka. Quiero decir aquí, en mi espacio sin luz, que agradezco muchísimo a mi hermano Carlos el gesto en su concierto de ayer en República Dominicana. Hacer feliz a alguien es lo más bonito, tanto como esa rosa medio encuera. Quiero decir que Carlos tuvo la deferencia y el detalle de convertir un sueño en marabunta, en un ciclón para la familia de mi amiga Grisel. Gordo, gracias, de verdad. Por otro lado, agradecer a dos amigas lejanísimas: Verónica, por todo; Márgara, ya sabes. Mañana convocaré a mi premio...pssssssssssss Es un secreto. Perdonen este orgullo. Mi gente me quiere. Y como diría Groucho Marx "¿A quién va a creer usted, a mí o a sus propios ojos?"

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