Que no, que no, que no voy a hablar nada de los No Alineados ni de aquel dibujo que se entrevé entre "les voitures", que ha sido casualidad. Simplemente esta es "La Demeure du Chaos" algo así como La mansión (o la morada) del Caos, en Saint Roman au Mont d'Or, cerca de Lyon, en Francia. Sede social de Artprice, una empresa liderada por Thierry Ehrmann, el número uno mundial en la tasación y venta de obras de arte. "La cosa", como le dicen los habitantes del pueblecito, es noticia hoy porque el alcalde Pierre Dumont ha ganado la batalla a Ehrmann y le han condenado a pagar 200 000 € por utilizar una vieja casa del siglo XVII, alegando que "violó las leyes referentes a la construcción dentro de los límites del poblado". Tremenda multa, sobre todo si se tiene en cuenta que el patrimonio de Thierry Ehrmann (que tiene 44 años) asciende nada menos que a los 98 millones de euros. Casi ná. De entrada, la casa de dos pisos y todos los muros que la rodean están pintados de negro y albergan esculturas del propio Ehrmann, entre las que se encuentran un helicóptero estrellado, una réplica de las retorcidas Torres Gemelas y una Plataforma Petrolera que descansa sobre el techo de la casa, cubierta con una malla de camuflaje; además de desperdicios nucleares y dibujos en blanco y negro de ocho Papas, Osama Bin Laden, George W. Bush, el Rey de Nepal y algún que otro no alineado a estas nuevas tendencias artísticas. En las paredes se han incrustado salamandras forjadas en acero como símbolo del pensamiento de los alquimistas y en homenaje a sus eclécticas creencias religiosas y políticas. El 11 de septiembre, dijo Ehrmann, fue un momento decisivo que lo llevó a centrar su atención en la guerra, la destrucción, el odio y el terrorismo. El alcalde Dumont, de 77 años, ingeniero eléctrico ya jubilado, dijo que esa casa "no aporta nada a la Humanidad, es algo totalmente disparatado". Muchos habitantes del pueblo se lamentan de haber perdido aquella bucólica granja, mientras nuestro Thierry ha conseguido 27 mil firmas en apoyo de su obra. A su vecino no le preocupa: "Es como la Torre Eiffel, al principio la gente estaba contra ella". Al final, allí está "la cosa". Total, que hay otros con menos dinero y más rápidas soluciones: la página de internet de un movimiento pacifista asegura que la salida a los conflictos armados es la masturbación. Aficionados de todo el mundo aportan sus experiencias onanistas (o dale a la manita) y aseguran que van a lograr el desarme mundial. Nada, que te haces una paja y se acaba lo de Afganistán y el Líbano. Y los confictos con las pateras. Mujeres incluídas. (Esto es cierto. La Asociación se llama Mastubate for Peace). Entre las masturbaciones y estas cosas del caos y el orden, me seguiré quedando en casa hasta que me llegue el visado que espero. ¿O no?
domingo, septiembre 17, 2006
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