miércoles, agosto 09, 2006
"El calor obliga a los esquimales a equipar los iglú con aire acondicionado."
¡Qué fuerte! Este es un titular serio, fechado hoy en Oslo. Lo del calentamiento global me había preocupado y mucho: allá los que estén veraneando en el Mediterráneo y se mantengan en sus trece, dispuestos a meterse en un mar plagado de medusas (que aparte de dar tremendos picores, son bastante asquerosas, la verdad.) Las autoridades colocan en las playas las banderas rojas y nada, la gente sigue intentando soportar temperaturas récords, metidos en un agua cada vez más caliente: de 22 a 32 grados en sólo 30 días... Eso lo sabíamos... ¡pero que los esquimales tengan que poner aire acondicionado ya es de tranca! Los termómetros en Kuujjuaq, en Canadá, donde viven cerca de 2000 esquimales, han llegado a marcar hasta los 31º, y eso los inuits no lo pueden entender. Ni soportar. Sheila Watt-Cloutier, una señora que trabaja para proteger los derechos de los más de 155 mil esquimales repartidos desde Canadá y Alaska hasta Groenlandia, Islandia, Laponia (en Suecia), Noruega y Finlandia, explica que sus "casas" están construídas para ser impermeables al frío, y que "no resiran bien" a temperaturas tan elevadas. Es increíble: a estas alturas, el Polo Norte necesita del aire acondicionado para funcionar. En serio, la situación tiende a empeorar y la mayoría del "mundo civilizado", industrializado y rico es -somos- el responsable de la mayor parte de este problema.
Y me digo: si los esquimales ya están necesitando aparatos de aire acondicionado ¿qué nos queda en el Caribe? ¿Calefacción? No tengo ni idea de cómo van a ir evolucionando estas cosas que me eran tan ajenas. Ya tú ves. Al final la causa ecologista va a poder conmigo...
Ya decía yo: así mi aire acondicionado nuevo ni enfría ni ná.
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