lunes, julio 31, 2006
Sobre la "insolvencia testicular" y otras cuestiones divinas.
¡Uyyyy! La que se ha formado. Casi medio mundo sabe que aquí en España hace más de un año se puso en marcha la Ley de Matrimonios Homosexuales, con la aprobación de todos los grupos parlamentarios con excepción, claro está, del Partido Popular. Ellos no, quéeee va. Ellos aprueban llevar tropas a Irak. Como si eso que se llama ideología -incluso cualquier fe religiosa- tuviera algo que ver con una u otra tendencia sexual. Pues los señores de la derecha que no y que no. Y mira tú por dónde el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, de ese mismo partido ha oficiado el sábado la primera boda gay en la mismísima Casa del Pan de la Plaza Mayor. Lo lindo de todo esto es que quienes contrajeron matrimonio fueron dos jóvenes militantes de ese partido casposo, intransigente y obstinado: Javier Gómez, coordinador del grupo de lesbianas y gays del Partido Popular y Manuel Ródenas, responsable del grupo de asesoramiento para gays, lesbianas y transexuales. Y ahora todos ellos a chillar: al Secretario de Comunicación Gabriel Elorriaga casi le da una lipotimia y ha tildado al alcalde de incoherente, como mínimo. Para qué contar la reacción de monseñor Rouco Varela arzobispo de Madrid que indignado dice que el matrimonio es sólo entre una mujer y un varón. Y punto. Pues mire usted, señor, gracias a la democracia esto es eso, una democracia. La Ley se aprobó por mayoría, mal que les pese. A lo mejor lo que más le jode a este sacerdote (que se opone al preservativo, a la utilización de células madre para curar enfermedades antes incurables, al aborto consentido y a todo lo que nos vaya tirando pa'lante en este siglo) lo que le jode, digo, es que la boda gay se haya celebrado en el mismísimo lugar donde antaño se celebraban los juicios de la Inquisición y las ejecuciones de condenados a muerte. Todo va a ir cambiando para mejor. Al alcalde le caerá una buena descarga, pero ya lo hizo. Lo que pasa es que muchas veces esta gente no quieren saber que en todas las familias puede haber una "oveja rosada", o que ellos mismos pueden tener malos pensamientos y por eso sean tremendamente infelices. Eso es la "insolvencia testicular": falta de cojones para admitir las cosas. Y ya está bueno...
¡Qué vivan los novios!
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