jueves, noviembre 23, 2006

Ya lo saben: soy teleadicta. Mi cuerpo y mis tareas cotidianas se mueven delante de un televisor, que enciendo desde que me levanto hasta que me acuesto. Es mi manía ( y es mejor tener esa a tener otras) Pues es que ayer, 21 de noviembre, fue el Día Internacional de la Televisión, una fecha propuesta por la ONU en 1996 para animar a los programadores a "emitir contenidos que fomenten la paz, la seguridad y el desarrollo económico y social". ¡Dios mío... ¿es que los de las Naciones Unidas no ven la tele? Supongo que no. Pues ayer, después de la entrega en Madrid de los Premios Talento a los profesionales que trabajan en televisión (¡Felicidades queridísimo Paco Escribano, que bien te lo mereces!) me he enterado que Nancy Grace, presentadora de un programa de la CNN ha sido denunciada por los padres de una muchacha que intervino en su programa y al minuto siguiente, se suicidó. Así como lo oyen (o leen, qué sé yo). El caso es que la cadena de televisión por cable "Headline News", filial de la CNN, emitió el 7 de septiembre una entrevista telefónica con Melinda Duckett, una madre cuyo hijo de dos años había desaparecido días atrás. Esta Nancy (de hierro) Grace, antigua fiscal, la acorraló y la acusó de ausentarse en el momento de la desaparición del niño. Melinda se moría de terror o de culpa. Y al final, se mató. Esto es nada. En España las televisiones privadas van cada día a más. A la carroña merecida o no, a los delitos cometidos, a la odiosa de Isabel Pantoja, a quien se les ponga por delante... Dan miedo. No voy a mencionar programas que sí veo (porque parece que sólo los veo yo...) pero las cadenas privadas de este país están metidas en una guerra de audiencias que no se soporta: ahora se llevan los polígrafos esas "máquinas de la verdad" que hacen palidecer a quienes se enfrentan a ellas, pero cobran... Cobran muchísimo dinero. Para que me den más alucinaciones en colores, la Unión Europea acaba de aprobar una ley con la que se autoriza a las cadenas televisivas a poner más y más y más minutos de publicidad. Esto se llama"sacar pasta de donde sea". Yo soy una humilde y comemierda telespectadora residente de la U.E (que no es E.U.) .... ¡pero como nos estamos pareciendo! Enciende la tele, anda, Alfredo y ya me dirás jajaja.

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