viernes, noviembre 24, 2006

No sé si lo saben: estamos todos convocados a un orgasmo mundial por la paz el 22 de diciembre, próximo solsticio, para concentrar toda la energía de la Humanidad y "crear una masa crítica de vibraciones favorables". Glupp. Pues lo intentaré, aunque la cosa está difícil... Esta insólita pareja de pacifistas californianos, Donna Sheehan, de 55 años y su compañero Paul Raffel, de 76, sostiene que su idea es "efectuar un cambio en el campo de energía de la Tierra mediante la inserción de la mayor carga de energía humana." Todos estos orgasmos globales pretenden que con tal inyección de energía positiva altamente concentrada, se reduzcan los niveles de agresión y violencia en todo el mundo". No me quiero reir. No me voy a reir de la ingenuidad de esta pareja feliz que intenta, por un medio como internet, parar el horror de este planeta. Ojalá todas las energías concentradas en orgasmos globales lo consiguieran. Pero esto no es así. Ellos dicen que tener un orgasmo es mucho mejor que rezar (ya lo creo que sí) y no se han quedado quietos nunca: han organizado manifestaciones contra la guerra de Irak; en 2002, Donna movilizó a 50 mujeres, y desnudas formaron con sus cuerpos la palabra PEACE, en un rancho del condado Marin, en California. Sostienen que un orgasmo proporciona paz, deja la mente en blanco casi como una meditación. Y que a lo mejor así se reordena este mundo. Prometo que tendré ese orgasmo el 22 de diciembre, pensando en quien sé o soñando con quién sabe, pero queridos: los bancos no se excitan, no tienen orgasmos, ni las empresas petroleras o de armas, ni las mafias, ni los gobiernos corruptos, ni la miseria del resto del planeta, ni la incompresión entre las religiones, ni el narcotráfico, ni la soberbia agonizante. De cualquier manera ¿Qué más nos da? Es el solsticio ¿no? Pues a gozar, que el mundo este de mierda se puede acabar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pu,
buen día para hacerlo, cumplo 5 años con el Ale.
Besos :D