sábado, septiembre 23, 2006

Dependiendo de la luna naciente comienza el Ramadán, un mes de abstinencia que celebran más de mil millones de musulmanes en el planeta, a partir de HOY. Para los creyentes debe ser un tiempo de alegría, porque encuentran las enseñanzas del Libro Sagrado de la Luz: la revelación del Santo Corán a Mahoma. Para mí, que lo viví en un país como Túnez, pura hipocresía barata que ya no se lleva. ¿Que no comen? ¿Que no tienen sexo en pleno Ramadán? Eso habría que preguntárselo al montón de turistas occidentales que vamos a ver si es verdad. Y no es verdad. La parafernalia del mundo musulmán no hay quién se la crea. Como la Católica, como la Ortodoxa, como la Hebrea. No me creo nada. Sólo importa el dinero y si no regateas "les faltas el respeto". Si no esto y si no lo otro, también les faltas el respeto. ¡Manda cojones! Una cultura tan sensual y bella. Yo fui con un amigo, Miguel Jiménez y me ponían Madame Jiménez porque sí, mientras mi nombre y mi identidad se iban al carajo, por mujer. Aquí se habla mucho en tertulias televisivas y de radio de hasta dónde tenemos que respetar estas cosas sin menoscabar nuestra libertad de expresarnos (hablo del mundo Occidental, al que pertenezco obviamente) y hasta dónde, qué hilo tan fino hay que saber hilar para que no se desaten las tormentas: ahí están los líos en los que se ha metido el Papa no sé cuántos, Benedicto 16, creo. Las reacciones han sido desmesuradas y... ¿Tenemos miedo en Occidente? Sí, estamos muertos de miedo. Lo que pasa es que este tipo de metedura de pata de Estado no es lo mismo a que yo lo escriba aquí y diga lo que pienso. Gracias a Dios soy atea, que diría Buñuel. (A ver si me meten un virus los talibanes de todas las religiones) No sé si con el ramadán se aplacarán un poquito los ánimos, porque de lo que dicen las teologías y lo que la realidad se empeña en enseñarte... amor, hay un montón de tramos diferenciales: más y más bombas, más estúpidos muchachitos de 18 años que se revientan con bombas a Pepe Cojones. No los entiendo y quiero entender algún día, en el ocaso de mi vida, porqué una muchacha se enrrolló un montón de kilos de dinamita antes de que ni siquiera hubiera hecho el amor. Tan linda y tan estúpida, como su religión cuando mata. Nunca había hecho el amor y ya está condenada a muerte, porque encima le salió mal. Que se joda por comemierda. Lo que es a mí...
que me cojan confesada.

No hay comentarios: