viernes, agosto 04, 2006
EL APARTAMENTO DIEZ, LOS HUEVOS FRITOS Y LA AMISTAD EN EL TIEMPO.
(Edición Especial para Mario Crespo, en Venezuela y Omar Mederos y Velia Cecilia Bobes, en México)
"Supera el espacio y nos quedará un aquí. Supera el tiempo y nos quedará un ahora. Y entre el aquí y el ahora, ¿no podremos volver a vernos un par de veces?" No me acuerdo quién coño escribió esto. Lo saqué de una de mis viejísimas agendas; qué importa de quién sea: gracias a Dios (y soy atea) esto no es nada definitivo, ni trascendente, ni doctoral. Es el espacio de mi más absoluta libertad..y ¡mira que estoy fea, carajo! Lo único diferente de mi peso, es esa sonrisa que francamente parece postiza (el pareo es pura "voluntad de estilo") el colorcito caribeño de mi piel de entonces y la ausencia de canas. ¿Qué más se puede pedir si -como mínimo- han pasado 20 años? ¿Qué más se puede pedir si tenía a mi lado a Kiki Alvarez? Enrique (Kiki) Alvarez fue la otra mitad entrañable de ese apartamento 10, de la calle 28 nº 305 entre 23 y 25 en el Vedado, La Habana, Cuba: mi casa, para servirle a usted. Supongo que para cada ser humano, el que sea, habrá un espacio entrañable y un tiempo entrañable: este es el mío. Lo presento en sociedad a la red de redes. Pero lo mejor es que el apartamento 10 ha sido el nuestro. No sé de un lugar donde me haya reído tanto, donde se han creado tantas y tantas canciones y películas y obras teatrales; cada una de las cosas evoca una gran broma, un disparate, un enfado, una bronca, un delito, un despiste, un buen tarro, unas noches sin dormir jugando cartas y hablando mierda. El Consejo de Estado de la República de Cuba, que dirige hoy Raúl, debía hacer en ese sitio exacto un monumento a la locura cuerda, a la belleza efímera, al disparate cubano, a la inteligencia y a la más absoluta integridad personal de todos sus habitantes. Ni de las broncas de Arturo Cuenca o Jean Portante, ni de los detalles de Diana León habrá que hacer monumentos: no hacen falta. No quiero hacer un recuento de tonterías bellísmas y anecdóticas que no vienen a cuento, pero no me resisto a decir que allí, en el apartamento 10, vivimos noches deliciosas con Eduardo Galeano o con Fidel Sendagorta -que le llamaba "el ángel exterminador"a mi pobre apartamento; o que con Omar Cabezas y Senel Paz seguimos espantados la causa 1 del 89 (allá el que no se acuerde) Al final, quienes sean los que vivan hoy en el apartamento 10, no pueden tener ni idea. Que se los cuente Carlos Varela algún día, que pa' eso es el vecino de abajo. Iván de la Nuez bien sabe de estas cosas. Como lo saben Baby Barrientos o Jackie Arenal. Y José Bedia, cuando Pepito y Pably se tiraban de los pelos y después se reían como se rien estos bichos con un par de años o tres.
No he hablado de los huevos fritos. Es obvio. Ni de la amistad en el tiempo ¿pa' qué?
Ahora tengo canas (como todos) los dientes mellados de mi maldito bruxismo -que queda bien pero es que sueno los dientes- y amarilentos de tanto fumar. No he hablado de Omar, ni de Cecy, ni de Mario. Ni de mi hermana, que era mi vecina, ni de mi amante de la casa de abajo.
Otro día será, porque vamos a volver a vernos un par de veces, en cualquier otro espacio inventado de la memoria. Digo con Baltasar Gracián: "lo único que realmente nos pertenece es el tiempo." Y el espacio, digo yo.
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