Volaron las perdices… Mi amiga Cecilia me regaló ahora en México el disco de Amaury Pérez que creo que se llama Trovador. Sí, se llama Trovador. Y hay una canción que se merece un beso a mi Amaury y otro a Miriam Ramos. Es que de alguna manera cuentan y cantan lo que yo no sé o no puedo decir. “Ya lo ves”. Puede que no dijera eso en su momento... puede que dijera “te lo dije” o “te lo advertí”. Así son las cosas. Pero resulta que grité ¡Te loo dije, coño; te lo advertí, carajo! Ay, Puchi... que te crees tan plunch (sonar los dedos índice y pulgar) como para resolver las dificultades en un minuto. Muchísimas cosas en esta vida no nos salen bien del todo. O simplemente no nos salen. Sobre todo porque nada en esta vida es plunch : se desmontan cabizbajos los tapices y se escurre el carretel sobre el regazo... Mejor lo que se dijo no se dice. Ya lo ves. Y es verdad que hay gente a la que tienes ganas de preguntarle “¿Me quiere o no me quiere, desdecir...y a mentirse”. Es muy fuertecita la canción Amaury mío. Más bien es heavy. Porque si te cuento... hay gente que te quiere y que te va a querer siempre (hablo de mí) porque no le has hecho daño, ni ná... pero que no están para pasar contigo lo que te queda de vida. Y encima, piden disculpas. Yo tuve un ¿amante? que me dice una y otra vez que no y que no y me cuenta que ahora mismo no es feliz; tuve otro que está lejanísimo (en Nepal, para ser geográficamente correctos y está casado); otro que se casa el día 17 porque obviamente nunca se casó conmigo; otro que amé como a nadie y es mi Pepe y con ese sí me casé y otro en Paris, y otro en New York. Y Augusto en Brasil. Marilyn Bobes me regaló esta historia y yo la quiero hacer realidad, porque como mis perdices se fueron volando.... Pues eso.
lunes, noviembre 06, 2006
Volaron las perdices… Mi amiga Cecilia me regaló ahora en México el disco de Amaury Pérez que creo que se llama Trovador. Sí, se llama Trovador. Y hay una canción que se merece un beso a mi Amaury y otro a Miriam Ramos. Es que de alguna manera cuentan y cantan lo que yo no sé o no puedo decir. “Ya lo ves”. Puede que no dijera eso en su momento... puede que dijera “te lo dije” o “te lo advertí”. Así son las cosas. Pero resulta que grité ¡Te loo dije, coño; te lo advertí, carajo! Ay, Puchi... que te crees tan plunch (sonar los dedos índice y pulgar) como para resolver las dificultades en un minuto. Muchísimas cosas en esta vida no nos salen bien del todo. O simplemente no nos salen. Sobre todo porque nada en esta vida es plunch : se desmontan cabizbajos los tapices y se escurre el carretel sobre el regazo... Mejor lo que se dijo no se dice. Ya lo ves. Y es verdad que hay gente a la que tienes ganas de preguntarle “¿Me quiere o no me quiere, desdecir...y a mentirse”. Es muy fuertecita la canción Amaury mío. Más bien es heavy. Porque si te cuento... hay gente que te quiere y que te va a querer siempre (hablo de mí) porque no le has hecho daño, ni ná... pero que no están para pasar contigo lo que te queda de vida. Y encima, piden disculpas. Yo tuve un ¿amante? que me dice una y otra vez que no y que no y me cuenta que ahora mismo no es feliz; tuve otro que está lejanísimo (en Nepal, para ser geográficamente correctos y está casado); otro que se casa el día 17 porque obviamente nunca se casó conmigo; otro que amé como a nadie y es mi Pepe y con ese sí me casé y otro en Paris, y otro en New York. Y Augusto en Brasil. Marilyn Bobes me regaló esta historia y yo la quiero hacer realidad, porque como mis perdices se fueron volando.... Pues eso.
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